jueves, 10 de junio de 2010

ANARQUISMO

El anarquismo español a lo largo fundamentalmente del pasado siglo ha llevado a cabo una estrategia basada en algunos puntos estructurales clave que le han proporcionando una identidad muy particular. Abrazando las ideas del anarquismo básico y del sindicalismo revolucionario, y fusionándolas con la situación social particular de agitación que en este Estado acontecía, nuestr@s tatarabuel@s construyeron un movimiento organizado cuyo fin era acabar con la explotación del hombre por el hombre.
Este movimiento gozó en el Estado español de una muy buena acogida por parte de las clases explotadas, llegando a constituir uno de los movimientos anarquistas mas sólidos de la historia, protagonizando innumerables luchas y escribiendo una importantísima página de la historia reciente de la lucha obrera revolucionaria.
No es dificil adivinar que en toda esta historia de batallas ganadas y perdidas, y sobre todo en la época de mayor influencia social del anarquismo, se haya caído en errores. Incluso puede que a veces esos errores pasasen por traicionar en cierta medida los sólidos principios anarquistas que alimentaban al movimiento. Sin embargo no podemos decir que esta fuera la tónica general de la situación histórica. De hecho, si el anarquismo español se ha convertido en un referente para innumerables luchas a nivel internacional, es debido a la férrea defensa de los principios que impulsaban la lucha.
Se puede decir que la estructura histórica del movimiento libertario español logró dotar a éste de la coherencia necesaria para que la lucha no se diluyera en el juego del sistema, para que el arma revolucionaria de la clase trabajadora permaneciese afilada y siempre dispuesta. Es por tanto la historia del movimiento libertario español una historia de lucha y de fidelidad a una idea: el anarquismo.
La clave de este movimiento era la unidad y la complementariedad de diferentes organizaciones apuntando a un fin común. Por una parte se encontraba una organización de masas destinada a ser la herramienta de lucha de la clase trabajadora para lograr el cambio social: la CNT. La CNT representaba el eje central del movimiento, y se contemplaba como una herramienta imprescindible en la que los anarquistas debían participar. Por otra parte existían otras organizaciones cuyas funciones eran complementar y potenciar a la propia CNT. Éstas eran la FAI, la FIJL, MMLL y los ateneos libertarios y otros grupos de otra índole que impulsaban el movimiento. Cada una de estas organizaciones actuaba en un campo determinado, y difundían cada una a su manera, entre otras cosas, las ideas anarquistas, a la vez que trataban de ponerlas en práctica.
Siempre l@s anarquistas españoles entendieron que para llegar a la revolución debían asumir la lucha sindical revolucionaria o anarcosindicalismo. Es en el plano laboral donde la explotación del hombre por el hombre se hace más notoria, así como es la economía uno de los ejes más importantes que hay que atacar para poder llegar a una revolución social. Sin embargo estaba claro que una organización de masas, las cuales no necesariamente tenían que ser anarquistas, no era suficiente. Los principios anarquistas debían estar muy presentes en la organización, a fin de que el camino tomado por ésta fuese esencialmente revolucionario, y no se transformase en reformista o antirrevolucionario. Baste el ejemplo de otras organizaciones inicialmente revolucionarias, que al llegar a tener cierta influencia social se transforman en reformistas, como fue el caso de la CGT francesa. Para evitar este desastre, los anarquistas se organizaron como tales en organizaciones específicas, y trataron expandir al máximo sus ideas en la sociedad en general, y en la CNT en particular.
De este modo se logró un arma completa. Por un lado, los ateneos libertarios servían de escuelas al pueblo. Por otra parte, las organizaciones anarquistas específicas difundían y ponían en práctica la lucha anarquista, así como formaban grupos de acción. De esta manera la clase trabajadora española estaba más que abastecida de anarquismo, y los que lo creían conveniente, pasaban a organizarse. Y ahí entraba enjuego la CNT, como hemos dicho eje central del movimiento, en la que confluía el anarquismo con la clase trabajadora, formando una herramienta necesariamente revolucionaria. Y todo se juntaba como partes de un mismo cuerpo en el movimiento libertario, que avanzaba inevitablemente hacia la revolución social.
Esta estructura organizativa se ha mantenido en el tiempo, pero desgraciadamente en la actualidad está cuanto menos debilitada. En las últimas décadas el anarquismo en este país ha sufrido un proceso de desorganización. Se ha transformado la visión, se ha desprestigiado el anarcosindicalismo y han perdido valor los planteamientos más clásicos o históricos. Por el contrario han cobrado importancia otro tipo de planteamientos tales como el insurreccionalismo, espontaneismos varios, individualismo, consejismo, posturas antiorganización...Todos ellos, cada uno en su línea, tienden a anunciar el fin del anarcosindicalismo como herramienta de lucha, así como enterrar los postulados del anarquismo clásico organizado de este país.
Por otra parte nos encontramos que la organización anarcosindicalista, aunque debilitada por diversas causas, sigue viva. Sin embargo también en los últimos tiempos hemos sido testigos de una serie de acontecimientos que nos hacen temer que en la propia CNT no se vea del todo bien la presencia del anarquismo organizado. Parece que hoy en día no caen tan bien las organizaciones específicas, y hay quien se atreve a desear su pronta desaparición en pro de una mayor libertad para la CNT pues, según ellos, la función de estas organizaciones es la de tutelar a la anarcosindical. Discrepamos profundamente con esta afirmación. Creemos que el tratar de incidir en un campo y de trasmitir una idea no es sinónimo de tutelar, y menos cuando la idea a difundir es el anarquismo. Es como decir que la CNT pretende tutelar a la clase trabajadora. No se trata de establecer diferencias, sino de integrarse: la CNT en la clase trabajadora, el anarquismo en el anarcosindicalismo (el cual, por cierto, sin el anarquismo no tendría razón de ser). Todo lo expuesto nos lleva a pensar que estamos siendo testigos de la desintegración del movimiento libertario, siendo una consecuencia de este proceso el desligamiento de la CNT del anarquismo. Esto, sumado a la poca incidencia del anarquismo en la sociedad, nos lleva inevitablemente a la conclusión de que se hace absolutamente necesario reorganizarse, recuperar el movimiento.
Uno de los vacíos más importantes que a nuestro entender debemos rellenar es la ausencia de una organización juvenil específica. La existencia de ésta supone una formación en ideas de la juventud antiautoritaria, la misma que futuro conformará la militancia de las organizaciones libertarias. Por otra se abre de nuevo la puerta del anarquismo organizado en contraposición a las posturas neolibertarias de ataque a la CNT y al anarquismo clásico. En resumen, la creación hoy de una organización juvenil específica en la línea que hemos descrito podría significar el garantizar el futuro del movimiento libertario en nuestro ámbito geográfico.
Este vacío del que hablamos se fraguó hace unos años con los conflictos que existieron en el seno del movimiento entre la FIJL y la CNT en algunos lugares. Esto derivó en un cambio de posturas de la organización juvenil respecto al anarcosindicalismo y continuó con una renovación ideológica completa hacia posturas tendientes al insurreccionalismo, antiorganización de masas, alejamiento de la lucha obrera... Esto derivó al fin en la relegación de la FIJL a la ilegalidad, y a la incertidumbre de no saber realmente sí sigue existiendo la organización. Lo que si es cierto es que, si existe, no tenemos constancia de que tenga lo más mínimo que ver con la FIJL del origen, con lo que a nuestro efecto la podemos dar por desaparecida.
La intención de este grupo es por tanto el impulsar de nuevo la organización de una específica juvenil anarquista, siguiendo el modelo de la antigua FIJL, pero con unas siglas distintas: Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (FIJA). Pretendemos impulsar a su vez de nuevo el movimiento libertario, tratando de organizar a aquellos jóvenes que aún compartan los planteamientos del anarquismo organizado, para que en un futuro pueda de nuevo tomar consistencia y así podamos engrosar las filas de nuestras organizaciones sin tener que buscar fórmulas que pasen por traicionar nuestros principios.
Entendemos que de cara al comienzo, los grupos que se adhieran a la iniciativa tienen que ser de absoluta confianza. Debemos potenciar los contactos cara a cara para conocernos, así como elaborar programas de intenciones similares a este, para de este modo no permitir que la cosa se nos vaya de las manos. Después ya pasaremos al método de avales o al que en su día consideremos más conveniente. Entendemos que esta parte es quizás la más importante, pues ya se sabe lo que pasa con lo que mal empieza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario