la Columna Maroto

La Columna Maroto partió desde Alicante hacia Granada el 7 de Agosto de 1936 con el objetivo de liberarla de las manos fascistas.
Liderada por Francisco Maroto del Ojo, ebanista de profesión, y a veces albañil, estaba compuesta sobre todo por alicantinos, murcianos, almerienses, malagueños, pero sobre todo por granadinos que ansiaban recuperar la ciudad donde vivían y que cayó bajo tretas fascistas que fingieron ser republicanos.
Avanzó y ocupó la parte oriental de la provincia de Granada, llegando hasta Tocón de Quéntar y Güejar Sierra, a muy pocos kilómetros de la capital (3 km), cuya caida era inminente pero para ello se necesitaba una buena reserva de municiones. Actuó en otros frentes de Andalucía, aunque siempre más o menos cerca de Granada.
Por su ideología anarquista y adscrita a la CNT-AIT, la FAI y a las Juventudes Libertarias, fue acosada por los elementos estalinistas, y Francisco Maroto fue apresado y condenado a muerte por los propios juzgados republicamos influenciados por los comunistas, hasta que un recurso finalmente le dio la razón y fue liberado en 1938.
Durante su detención José Zarco, metalúrgico, dirigió la Columna.
El cuartel general estuvo en Guadix.
Junto a otras columnas, entre ellas la Columna de Hierro, convocó el famoso Pleno de Columnas Confederales y Anarquistas para debatir la cuestión de la militarización. Sin embargo no pudieron participar en tal reunión, enviando tan sólo algunos escritos.
Con la militarización pasó a ser la 147 Brigada Mixta.
Con la caída de la República quedó recluida en el sur a su suerte, sus miembros se replegaron y en las sierras intentaron huir, esconderse o luchar, según la decisión de cada uno. La mayoría fueron detenidos y encarcelados.
Maroto fue detenido en Alicante, sufrió horribles torturas que probablemente fueron la causa de su muerte, aunque en los registros aparece como fusilado el 12 de Julio de 1940.
José Zarco fue encarcelado, pero organizó una exitosa fuga, pero fue herido en la espalda durante la misma. En la sierra fue cercado, e incapaz de huir, un compañero piadosamente le disparó en la nuca.