viernes, 1 de octubre de 2010

La revolución y las colectividades en Alhama de Granada

Extraemos algunos fragmentos de la obra del compañero libertario exiliado
en Francia pero natural de Alhama de Granada, en su libro "La Revolucion y
las colectividades en Alhama de Granada", publicado en 2007 en castellano
en Francia, aun con escasa difusion en España. Estan dedicados a la guerra
civil y a la revolucion en esta localidad granadina. Merece la pena
conocerlo en estas lineas.
La revolución y las colectividades en Alhama de Granada
Juan Gutiérrez
Alhama quedó en poder de la Revolución en unas horas, o sea que no
teniendo ninguna fuerza militar, solo un puesto de guardia civil de unos
cuantos números y con una población de unas 10.000 almas (con más del 80%
de obreros), los pocos fascistas que no pudieron, o no quisieron, huir a la
capital a la zona “rebelde”, el pueblo los metió en la cárcel y entre ellos
algún cura - que dicho sea de paso, no era oro todo lo que relucía - pues
uno de estos curas conocido con el apodo de “el Curilla”, debajo de la
sotana llevaba una pistola en lugar del crucifijo.
Al otro día de haber sofocado dicha sublevación provocada por los
rebeldes, el pueblo, es decir los trabajadores, implantaron el “comunismo
libertario autogestionario”. Los obreros estaban organizados en los dos
sindicatos que existían, la C.N.T. y la U.G.T, el primero apolítico, y el
segundo político pues servía de correa de transmisión del partido
Socialista. No obstante los obreros estaban unidos. En seguida crearon un
consejo campesino presidido por Lucas Gutierrez Lopez (mi padre) y
organizaron las colectividades de las tierras y un molino de harinas,
propiedad de D° Paco Larios (huido con los fascistas).
También organizaron un batallón de milicias con el nombre de “Batallón
Granada”. Dicho capitán era primo hermano de mi padre y se llamaba Lucas
Gutierrez Lopez (como mi padre) ; los dos tenían el apodo de “perrutes” por
venir el dicho sobrenombre de los abuelos. Así que a mi padre lo conocián
por Lucas “el chófer” debido a que tenía un camión, y más tarde un coche de
punto.
Como digo el “Batallón Granada” tenía 950 hombres, todos de Alhama, y de
aquellos pueblecitos de los alrededores tal como Jatar, Fornes, Arenas de
Rey, Cacin, Santa Cruz del Comercio y demás. Dicho Batallón lo veíamos
nosotros los chiquillos hacer la instrucción cada mañana en el Paseo del
Signe (centro de Alhama). Hacían la instrucción vestidos con la misma ropa
de campesinos, el clásico pantalón de pana color rubio ; todavía no tenían
ropa de milicianos y menos aún armas.. Mientras las milicias esperaban
impacientes el dicho armamento para defender a la Republica, los”
comunistas” se presentaron una mañana armados hastas los dientes para
deshacer la colectividad que los obreros alameños habian creado
Habían unas milicias de la FAI y juventudes socialistas más que bien
armadas. Me acuerdo de que una mañana temprano nos despertó el ruido de un
convoy de milicianos procedentes de Málaga con dirección a Granada (diré
que nuestra casa la puerta de entrada daba a la carretera que sale de
Alhama a Granada). Yo no me acuerdo exactamente la fecha pero si sé de que
estabamos en verano, o sea que hacía buen tiempo, según mis calculos podría
ser sobre los últimos días de julio 1936 y los primeros de agosto 1936.
Debido a que algunas semanas después, mis padres se cambiaron de domicilio
para irnos a vivir a la casa de un rico que se había quedado vacía, pues
sus dueños que eran fascistas a más no poder se escaparon a Granada que
estaba en manos de las fuerzas rebeldes. Y fué en dicha casa, en la calle
Salmerones en donde el consejo campesino de Alhama puso la “colectividad”.
Lo primero porque se quedó vacía y también por ser, sino una de la más
grande, una de las mejores adecuadas para dichos menesteres, y para que mi
padre que lo pusieron como responsable para distribuir las mercancias
estuviera sobre plaza, el consejo campesino le aconsejó que se instalara
allí.
Pues nosotros vivíamos en el barrio de la Joya, bastante distanciado del
centro del pueblo, en una casa perteneciente a mi abuela paterna (al abuelo
no llegué a conocerlo por haber fallecido ya de tiempo). Fue en este barrio
conocido con el nombre de la Joya y en casa de mi abuela Encarnación, la
Juanula, en donde nacieron mis dos hermanos y yo.
Como digo por nuestra casa empezaron a pasar un cordón de camiones
cargados de milicianos que según las noticias después que terminaron de
pasar, habian salido de Málaga aquella mañana al alba e iban dispuestos a
tomar Granada […]. Yo me acuerdo que iban muy contentos cantando unas
canciones muy populares que se escuchaban muy frecuentes en aquellos
tiempos y que decían así :


Málaga es la que levanta
El grito de la humanidad
Levantaremos nuestras armas
Por la revolución social.


No queremos la guerra
Luchemos por la paz
Cantemos todos juntos.
La revolución social


El comunismo hemos de implantarlo
El comunismo es nuestra salvación
Luchemos todos como hermanos


U.H.P, U.H.P Revolución.(Unión de Hermanos Proletarios).


AquÍ tengo que señalar de que el comunismo de que se hablaba en aquellos
tiempos era el Comunismo Libertario. El comunismo autoritario y del que
Franco se benefició tanto, ese vino después. En los primeros momentos de la
Revolución, no existían. Fueron los “estalinistas“ que nos lo trajeron para
mal del pueblo español […].
También recuerdo que aquellos milicianos iban con unos pañuelos al cuello
color rojo y negro y los gorros eran tambien del mismo color […]. Yo no
puedo detallar exactamente el número de canciones, pero si me acuerdo de
que eran muchas.
Cuando terminaron de pasar todos los camiones cargados de milicianos
pertenecientes a alguna columna, no puedo asegurar de que fuera la columna
de Maroto, lo que si sé, es que dicha columna actuaba por aquel sector de
la provincia de Granada.
El caso fue que cuando los últimos camiones terminaron de pasar, se
empezaron a sentir unos zumbidos muy fuertes, como cuando hay tormentas y
dán esos truenos tan exagerados. Me acuerdo de que yo estaba jugando en la
calle con mi hermano Francisco, más pequeño que yo, y con otros niños y al
sentir aquellos zumbidos tan fuertes una vecina nos entró en su casa por
estar más cerca que la nuestra. Las bombas calleron algo más abajo entre
los “cortijillos” y el puente de los baños, pero parecía de que el techo de
la casa en la cual nos acogió nuestra vecina Juana (la de Jaspes), se
quería caer encima de nosotros. Luego que se terminó el bombardeo,
empezaron a subir coches con heridos y demás hubo mucho alboroto por parte
de la población civil, pues aquello no se conocía, era la primera vez que
allí caían bombas.

Tengo que dejar sentado que en Alhama no había hospital, solo consultorio
en donde se podía hacer las primeras curas, y para las más graves tenían
que ir a Graná (Granada). Este fue el caso de algunos heridos, entre ellos
iba uno que le llamaban Bocaladea y como digo, en vez de curarlo en el
Hospital de San Juan de Dios, adonde los llevaron, los eliminaron. Estos
hechos tan bárbaros y nada de humanos y muchas cosas más se sabían en
Alhama lo que estaban haciendo los “Fachas”, en la zona que iban ocupando,
tal como los moros abusaban de las chicas jóvenes y despues las pelaban y
luego las “degollaban”. Pues Franco les había dado carta blanca y aquellos
moros venían “fanatizados”, tanto que creían que si morían en España, luego
resucitaban en Marruecos.
[…] ¿Como en Alhama se sabía todas las atrocidades que los fascistas
estaban cometiendo en la capital ? Pues por las muchas personas que estaban
llegando cada día huyendo de la “quema”. Alhama fue un punto estratégico
que concentró mucha fuerza y si Queipó de Llano hizo todo lo que estuvo a
su alcance para tomarla cuanto antes, era porque los tenía muy preocupados
“a los Fascistas” debido a que Granada no la tenían muy segura en tanto que
Alhama estuvo en poder republicano. Alhama acogió a muchos refugiados que
se pudieron escapar de las “garras fascistas”, familias enteras llegaron a
Alhama y mucha población civil. Y el consejo campesino, las fueron
instalando en donde buenamente pudieron. En mi casa mis pades acogieron a
una muchacha de Cijuela, jovencita, que luego vendría a ser tía nuestra.
Es la razón por la cual que cuando se supo que las fuerzas de Quiepo de
Llano venían dispuestas a tomar Alhama, en los barrios obreros no quedó ni
una rata. El barrio de la Joya se quedó vacío, las calles Bajas, el Tejar,
el Carril, la puerta Graná, las cacillas, el portillo, la callecilla y un
gran etc.
Se quedaron los pocos caciques que había. Pues la mayoría se fugaron al
estallar el “movimiento” y tambien hay que decirlo, las personas mayores y
algunas aisladas, como fue el caso de mi abuelo materno, que debido a su
avanzada edad y el estado de su familia, tres mozuelas y un varón
jovencito, dijo : “que sea lo que dios quiera !” Y se quedó. Tambien se
quedaron esa clase de gente que aprovechan estas ocaciones para medrar :
pues “a rio revuelto”….. A estos los podríamos llamar los Sanchos Panzas,
aunque pocos, y después claro esta, salieron los nuevos ricos : pues “no
hay mal que por bien no venga”. De estos fue un tal Lucas Perrute que vivía
en Santa Cruz del Comercio y tenía una taberna en un sitio llamado Los
Claveles. Teníamos noticias de que no lo pasaba muy bien que digamos, pues
era también familia de mi padre. Pues esta persona cuando volvimos de la
zona republicana no estaba más en los Claveles en Santa Cruz, el buen señor
se había instalado nada menos que en la placeta, en una taberna en el
centro del pueblo. Como se las arregló ? Misterio, lo cierto es que se
quedó con los nacionales (o sea con los fachas) y ya marchaba sobre ruedas,
pronto se compró un camion y luego una huerta y los hijos más tarde se
paseaban con coche propio, y ya tenía obreros que esplotaba ¡Para eso nos
provocaron aquella “Maldita guerra”, para que los unos viniéramos en la
miseria y los otros se enriquecieran.

Cuando se produjo el primer bombardeo en el puente de los baños, como es
natural, cuando ocurren estos acontecimientos produce un pánico terrible,
sobretodo en la población civil. Entonces la persona que tenía la
responsabilidad de la carcel, al ocurrir aquello del bombardeo, la primera
cosa que hizo fue abrir la puerta de la cárcel, en la cual había algunos
caciques y tambien algun cura. Al conocer la noticia, el pueblo en maza
reaccionó y salió a buscarlos. Unos se escondieron en la calle “Llana”, en
casas de ricos claro estad, y otros salieron por el campo, en los
“Encerraderos”. Dire que allí pasó como en Fuenteovejuna : todos a una
(obra de Lope de Vega).Yo me acuerdo de que salió todo el pueblo por
aquellos campos buscando a los presos que se habían escapado ; entre ellos
había cuatro curas. Hubo algunos heridos y tambien algun muerto. En lo que
toca a los obreros estaban desarmados, algunos tenían algunas escopetas de
aquellas de un cañon y la mayoría con palos y lo que les pillaba a la mano.
Algun tiempo después, no puedo recordar la fecha, Alhama fue otra vez
bombardeada y cosa curiosa, esta vez fue la aviación republicana la que
vino a echarnos unas bombas. Recuerdo que fue allá sobre la tarde, entre
las cuatro o cinco de la tarde, eran 9 pavas (aviones de bombardeo).
Entonces mis padres se habian trasladado a la Calle Salmerones, en el
centro del pueblo, y yo estaba jugando en la plaza del Carmen junto a la
iglesia del mismo nombre, con unos primos mios, hijos de mi tia Sanpedro
que vivian alli, y al sentir el ruido de aquellos aeroplanos su madre vino
a buscarnos y nos metimos en unas habitaciones que esta casa tiene bajo el
Tajo, hasta que se fueron.
Esta cuadrilla de aviones, que como digo eran 9, el que los mandaba era un
“Facha” camuflado, y la misión que tenía era de ir al frente de Loja, que
ya había caído en poder de las fuerzas de Quipo de Llano, pero les dió la
orden de tirarlas en Alhama, que seguía fiel a la República. Las bombas las
tiraron en un sitio llamado El Cerro Pae (Padre) Cura, bastante distanciado
del pueblo. Esto quiere decir que no hubo que lamentar ninguna victima
humana.
Se tuvieron noticias de que aquel elemento fue descubierto, pues los
aviadores notaron sospechas y por eso decidieron tirar las bombas por
aquellos cerros.
Yo seguía vivendo con mis padres en la calle Salmerones, en una casa que
su dueño como era un “facha”, se fugó a Granada, como otros muchos. Este
individuo se llamaba Paco Velazco (Francisco) y fue en esta casa en donde
el consejo obrero Campesino, decidieron implantar la colectividad agrícola.
Y de que fuera mi padre el que se responsabilizara, en tanto que secretario
de dicho consejo. […]
Tengo que señalar de que a mi y a mi hermano Paco no nos hizo ninguna
gracia el cambio porque perdimos a los amigos que teníamos en la Joya : los
niños del Borrucho, otro como yo que se llamaba Juan, los niños de
Orejillas, José, también como yo, su papa era cabonero, otros niños de
Claudio, los de la Bonita, Juanito, todos estos chiquillos habitábamos en
el mismo barrio, la Joya, casa arriba casa abajo.
En cuanto a nuestro nuevo domicilio, lo que se llama niños no había. Así
que nos pasabamos el tiempo por esta casa que era imensa. En los pisos
superiores, pues los bajos era en donde habían acumulado todas las
mercancías, tanto cereales de todas las clases, aceites (de oliva), claro
está, las matanzas, etc…y como mi padre estaba allí de guardia
cotidianamente, pues no nos dejaba salir.

Lo único que podíamos hacer era asomarnos a los balcones y desde allí
observábamos todo lo que pasaba cada mañana. En el paseo, veíamos a los
hombres haciendo la instrucción en el paseo sin el uniforme de miliciano, o
sea con la ropa que cada uno vestía de paisano. Quiero aclarar que en
aquellos tiempos los trabajadores que se ocupaban de las labores del campo,
y estos eran la mayoría, vestían el clásico pantalon de pana. Desde estos
balcones observabamos nosotros los chiquillos todos los movimientos que se
desarrollaban.
No lejos estaba el castillo, construcción árabe ; allí se había instalado
un batallón o centuria de la FAI y gracias a dichos milicianos los miembros
del consejo obrero (los responsables) pudieron salvar el pellejo, entre
ellos estaba mi padre, pues la colectividad intentaron asaltarla por un
grupo comunistas-estalinistas, pero por esta vez “les salió la Moza
respondona” como se suele decir.
Los hechos se desarrollaron de la siguiente forma : una mañana,
aprovechando de que el consejo campesino se encontraba reunido en el
Ayuntamiento de Alhama, se presentó una milicia militarizada “comunista”
procedente de Málaga y rodeó el Ayuntamiento con el propósito de fusilarlos
a todos allí.
Mi madre, cuando llegó la hora del almuerzo, empezó a inquietarse y
finalmente volvería mi padre a casa al oscurecer, cuando se terminó todo
gracias a aquellas milicias Faistas que intervinieron y pudieron sofocar el
que aquel grupo de comunistas estalinistas que según decían habían llegado
de Málaga puramente con la intención de deshacer la obra de aquella
colectividad y que el pueblo trabajador había puesto todo su empeño en
construirla y organizarla.
También intentaron aquellos comunistas mandados por un tal Montes (dicho
elemento se presentaba en nombre de la FAI) […] de utilizar la cárcel para
meter en ella a todo aquel que se opusiera a su plan o sus planes. Prueba
de ello que entre los que encerraron, unos pocos, había un hermano de mi
padre, el más joven. Pues la intención (o las ordenes que traían desde
Málaga) […] era de deshacer las colectividades, tanto agrícolas como
harineras, porque entre los molinos el más grande, o el que tenía más
operarios, también se puso en colectividad, y fue el que más producía,
después de que los mismos obreros modificaron la maquinaría debido a que
era antigua.
A mi tío Paco (Francisco) lo metieron en la cárcel porque se negó a darles
a aquella gente (los comunistas) unos jamones, pues mi abuela paterna tenía
una tienda de ultramarinos en la calle Fuerte, en Alhama, y el que
depachaba era mi tío Paco.

Mientras tanto seguíamos habitando en esta casa, por las circunstancias
casa incautada, y desde los balcones prensenciábamos muchos acontecimientos
que se iban desarrollando día a día. Por ejemplo en Alhama había un cañon
del 15 y medio y que lo veíamos pasar todos los días por la calle del
Sirso, abajo y prolongación de la calle Salmerones, es decir, por nuestra
misma puerta, hacían el recorrido cotidiano todas las mañanas a media
mañana poco más o menos.
A nosotros los chiquillos aquello nos divertía y siempre estabamos en el
balcón a la cita. Había algunos días que el cañon llevaba la boca destapada
y entonces la gente comentaba y decía de que “había moro en la costa”, o
sea de “que daba mala espina”, quiere decir que había alguna alerta de algo
y por eso había que estar preparados.
Aquel cambio a nosotros los chiquillos no nos fué mucho de nuestro agrado
que digamos, pues es verdad que la casa era grande, pero allí no teníamos a
otros niños para jugar, siempre allí metidos en la casa como una cárcel
[…]. Y hasta dejé sobretodo, yo que era el más grande, de ir ala escuela,
pues ya había empezado a ir a los párvulos, esto quiere decir que a mis
amigos de la Joya ya no nos pudimos encontrar más, pues después cuando
tuvimos que correr, fue la desbandada y “todo se quedó en aguas de
borrajas” (en nada).

Quiero contar el caso de un cura, hijo del pueblo llamado Juan Castillo, y
esto requiere punto y aparte, pues ya he explicado algo de que en Alhama
mataron a cuatro curas, como se suele decir “a río revuelto ganancia de
pescadores”. También quiero señalar de que a uno lo vimos pasar por nuestra
puerta en el bario de la Joya camino del cementerio. Pero también quiero
dejar sentado de que uno de estos curas, conocido con el apodo del
“curilla” (debido a su poca estatura) de debajo de la sotana en vez de
llevar un crucifijo, llevaba una pistola del nueve largo y en los años del
Bienio Negro, o sea en el 1933-34 cuando mandaron las derechas, hasta
amenazaba a la gente cuando a el se le antojaba. Don Juan Castillo,
sacerdote nativo en Alhama, era de una familia hacendada. Sus padres tenían
una posición holgada y quisieron que su hijo fuese cura. No obstante era un
hombre lo que podríamos llamar un buen cristiano viejo. El se ocupaba de su
Iglesia y nada más, y si alguién lo solicitaba para algún servicio, allí
estaba Don Juan Castillo.
Prueba de ello es que al estallar el “movimiento” el 18 de julio 1936,
elsequedócomocualquier otro ciudadano. Entonces fueron los responsablesde
los sindicatos y demás quienes le aconsejaron que se vistierade paisano […]
y que se retirara a la Huerta de Cañon, propiedad de su familia. Y nadie se
metió con el para nada.
Aquí quiero contar una anecdota que me contó un tío mio, Manuel Espejo
Lopez, “Mamiso”, primo hermano de mi padre y que por aquello del azar
tambien tuvo responsabilidades en cuanto a la colectividad del molino de
harina de Don Paco Larios. Pues el tío Manolo, como lo llamabamos, se
ocupaba de intercambiar las mercancías (en este caso la harina ) con la
zona de Málaga. Pues mi tío le debe la vida al dueño de dichos molinos y
que además era en aquellos momentos el jefe de Falange y su patrón lo quiso
avalar no obstante, como el me contó varias veces, estuvo con la “pella en
el culo” , (con mucho miedo) como se suele decir. Y es que en aquellos
momentos la vida de los republicanos estaba pendiente de todos aquellos
fachas, y si querían te mandaban al cementerio, sin más ni más ; y si al
contrario te avalaban, ya le podías dar gracias a dios, y entonces ya
quedabas esclavo de esta persona.
Ahora quiero venir a Juan Castillo, sacerdote. Don Juan Castillo ejercía
en sus oficios religiosos en la Iglesia del Carmen, entre los tajos y el
castillo. Aquella mañana cuando se tuvo la noticia de que los militares se
habían levantado,Don Juan Castillo se preparó como cada día a celebrar los
oficios religiosos y cuando llegó a lo hondo de la calle Salmerones, un
poco antes de llegar a la iglesia del Carmen un tío mío que trabajaba allí
despachando harina, al verlo , después de saludarlo le preguntó : ¿pero Don
Juan, usted no esta informado de la noticia esta mañana ?”. A su repuesta
negativa fue mi tío y lo invitó a tomar una copa de aguardiente en una
taberna que había al lado, y que el dueño pertenecía a la CNT. Entonces lo
estuvieron informando de los acontecimientos, y como ya he comentado más
arriba, se marchó a su casa al campo y a este hombre no le pasó nada, pues
aunque era cura era un hombre muy querido por los medios obreros.


La guerra civil en la comarca de Alhama.

En nuestra comarca, las formas externas de la “revolucion social”
alcanzaron costas importantes, tanto en lo que se refiere a los intentos de
organización colectiva de la producción, como en el ataque a la Iglesia,
pasando por instruir batallones milicianos símbolos de una nueva forma de
entender el Ejército. Convendría, no obstante, no olvidar que la presencia
de voluntarios anarquistas malagueños en la zona, y el permanente contacto
en vanguardia con el enemigo extremaron algunas de las actuaciones contra
los considerados ideologícamente desafectos a la República.

Alhama de Granada y el comité revolucionario : estuvo compuesto, entre
otros, por los hermanos Andrés y Antonio Pelaez Navarrete ; el dirigente de
las Juventudes Socialistas Rafael Cacero Arenas y el de las Juventudes
Libertarias, Juan Ramos Trescastro. Paralelamente actuó un Consejo obrero
campesino dirigido por Francisco Peña Palacios, de la UGT, que llevó a cabo
asentamientos de trabajadores en las tierras de propietarios de derechas,
huidos o encarcelados, así como incautaciones de cosechas con el
asesoramiento del Comité de incautaciones presidido por el también ugetista
Lucas Gutierrez Lopez. En contacto permanente con los mismos, el alcalde
Juan Miguel Perez Larios, en 1936, diputado provincial por el PSOE,
desenpeñó el labor de encuadramiento del Batallón Granada, del que fue
nombrado Comisario. El Capitán de dicho Batallón Granada era Lucas
Gutierrez lopez, primo hermano de mi Padre, lo cual vivía en una huerta en
el río abajo cerca de Santa Cruz. Y también quiero agregar de que ya en
guerra actuando en el frente de Jaén accedió a Comandante.
La persecución a la Iglesia, el anticlericalismo inconoclasta quedó
patente en Alhama. La iglesia parroquial fue utilizada como refugio, la
iglesia del Carmen como sede de la Casa del Pueblo y escuela laïca. Fue
incendiado el convento de San Diego y se dedicaron para vivienda las
Ermitas de los Remedios, Angustias y Virgen de la Peña, Varios.
En la ámplia zona del sur y suroeste de la provincia de Granada (que
comprende las comarcas de Loja, Alhama y Motril, y que quedó imediatamente
en zona republicana gracias a las penetraciones de las milicias malagueñas
y almerienses), Alhama se convirtió desde finales de julio de 1936 en una
base de operaciones de milicias faistas malagueñas, y Cuartel General de
milicianos socialistas granadinos, en suma en un foco de irradiación
revolucionario que afectaría a toda la comarca.

Ejército Republicano en la Comarca :
Tras el repliegue de las fuerzas malagueñas posterior al fracaso de la
ofensiva sobre Granada, el dispositivo defensivo de los republicanos era
escaso y mal organizado. Contaba con
- dos compañías (una de ellas de milicianos) con dos ametralladoras en
Ventas de Zafarraya.
- 200 milicianos a caballo de Agron (La caballería de Agron)
- dos compañías (una de milicianos), 200 combatientes de la FAI
(Federación Anarquista Iberica)
-Un Batallón de 950 hombres en período de instrucción y sin armamento.

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